
Mientras me encontraba pensando sobre qué película hacer la crítica de hoy, estaba escuchando este clasicazo del Tri: Pobre Soñador (denle clic para disfrutarla), y me puse a pensar en Juan Pérez, "el Grandioso" (Silverio Palacios), aquel mago de quinta que sueña, fantasea, se obsesiona y pone toda su fe y empeño en una sola cosa: Conseguir una guillotina para montar el espectacular acto de cortarse la cabeza con ella, para así lanzar a su amado circo a la fama y salvarlo de la ruina... ¿Les parece una trama absurda? Pues sí, lo es, pero es llevada de una manera tan inteligente, creativa y llena de humor, que da como resultado una de las mejores comedias de los últimos años.
De esta manera, Emilio Portes (director) y su impresionante equipo de actores nos regalan una genial cinta llena de carcajadas y que también resulta una gran combinación de comedia y misterio, aderezada por una sutil crítica social, donde Juan Pérez, decapitado, nos narra cómo es que fue a -literalmente- perder la cabeza por un acto; el más magistral acto de magia que se haya visto.
Lo que más merece ser mencionado son el delirante guión (también de Portes), las destacables actuaciones (en especial la de José Sefami) y las excelentes secuencias animadas... Eso sí: Al ser una película de bajo presupuesto, los efectos especiales dejan mucho que desear; además de que la mayoría de las bromas -tanto visuales como verbales- se basan en el humor negro, que aunque a mí me encanta, sé que a algunos ofende (advertidos están...)
Finalmente, me gustaría decir que odio clasificar a las películas por su nacionalidad (me parece una babosada querer elegir entre la de terror, la romántica o "la mexicana", como si fuera un género), pero ésta cinta es una rara excepción: Simplemente TIENE que ser mexicana, ya que esta historia, y sobre todo este humor, no se pudo haber generado en ningún otro lugar del mundo: Sólo en nuestro país... y resulta motivo de orgullo.
A pesar de ello, creo que cualquier persona podría identificarse con el protagonista (por algo tiene un nombre tan simple como "Juan Pérez"), ya que todos anhelamos con algo así: algo que aunque las cosas no sean como debieran ser, nos mantiene vivos, que importa más que otra cosa, que nos hace escapar de la realidad y nunca querer regresar... Porque todos somos unos pobres soñadores, como dice la canción del Tri.
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